DOCUMENTO
ID Y ENSEÑAD DE LA ORDEN DE FRAILES MENORES DIRECTRICES GENERALES PARA LA EDUCACIÓN FRANCISCANA
XV
CONGRESO NACIONAL DE EDUCADORES FRANCISCANOS DEL PERU “EL MAESTRO FRANCISCANO
AMA Y VIVE EL EVANGELIO”
Dejarnos interpelar e iluminar por el Santo Evangelio para remar mar
adentro y sin miedo (San Lucas 5,4)
Fray.
Héctor Eduardo Lugo García ofm
Ministro
Provincial de la Provincia de la Santa Fe de Colombia
Doctor
en Teología Sistemática de la Universidad Católica de Paris
Doctor
en Historia comparada de las religiones de la Universidad Sorbona de Paris
8.15
– 10.00
SALUDO
Al M.R.P. Ministro Provincial Fray. Neri Menor ofm y a
su Ecónomo Provincial Fray. Elvis Pacheco ofm
Al R.P. Director del Colegio San Francisco de Asís de
Tacna Fray. Julio Chuquimamani ofm
A todos y cada uno de los Directores de los colegios
de la amada Provincia de los XII Apóstoles del Perú
Al R.P. Fermín Peña ofm Coordinador General de los
Colegios de la Provincia de los XII Apóstoles
A los Ex ministros Provinciales Fray. Emilio y Fray
Guido
A todos los hermanos aquí presentes y a los maestros y
maestras de los colegios:
1.
Colegio
Santa Clara - Arequipa
2.
Colegio
San Francisco de Asís – Cusco
3.
Colegio
Peruano Chino Juan XXIII – Lima
4.
Colegio
San Francisco de Asís – Huaycán
5.
Colegio
San Francisco de Asís – Mollendo
6.
Colegio
Hogar San Antonio – Piura
7.
Colegio
Santa María de Jesús – Lima
8.
Colegio
San Francisco de Asís – Arequipa
9.
Colegio
Franciscano San Román – Juliaca
10. CETPRO San José Obrero – Arequipa
11. Colegio San Antonio de Jesús María
– Lima
12. Colegio La Recoleta – Arequipa
13. Colegio Santa Rosa de Viterbo –
Arequipa
14. Colegio San Francisco de Asís – Tacna
Antes de iniciar con la presentación del documento de
la Orden Franciscana titulado “Id y Enseñad” quisiera que nos colocásemos en el
contexto de nuestra misión educativa
PRIMERA
PONENCIA: ¿Por qué se propuso la Orden de Hermanos Menores elaborar un
Documento?
1. De
la formación de la inteligencia de la razón a la formación de la inteligencia
del corazón, desde la pedagogía franciscana
Quisiera que
esta ponencia no se nos convirtiera en un libreto repetitivo plagado de datos y
citas, pues he procurado elaborar unas pautas que nos induzcan a comprender
desde adentro, los senderos olvidados o desconocidos de una educación franciscana
al servicio de los niños y jóvenes estudiantes que acuden a nuestras
instituciones educativas, al servicio de sus familias y de tantos maestros y
maestras de espíritu franciscano.
Voy enfocar esta ponencia desde el
corazón de nuestra misión educativa, y no desde la razón de la misma.
Puesto que
voy a hacer esta reflexión, desde la clave franciscana, quisiera insistir sobre
todo en la educación de la inteligencia del corazón, pues creo que hemos
insistido demasiado en la inteligencia de la razón lo que nos ha llevado a enfocar los
procesos educativos, más desde la comprensión racional, que desde la
experiencia vital.
Creo además
que los excesivos enfoques doctrinales dados a la educación nos han demostrado
que aunque las ideas y los conceptos sirven para pensar y disertar, no logran
la convergencia de los espíritus; no logran el encuentro, la escucha y el diálogo, ni mucho
menos la relación profunda entre las personas, para
vivir de otra manera, tal como una educación humanista y franciscana nos pide.
Y mi propuesta la presentaré desde este vértice o sea compartir con
ustedes la comprensión de la educación y su misión desde la calve franciscana
con el fin de promover una
nueva ruta en nuestras instituciones educativas y así volver a los orígenes,
proponiendo lineamientos básicos para la construcción de una educación
humanista y franciscana.
Porque nos
encontramos ante la inaceptable ideología de la razón sin corazón, que se ha
propuesto negarnos la esperanza y el derecho a creer que un mundo distinto sí es
posible, ideología que trata de encerrar a educadores y educandos, en la visión
estrecha, de que hemos llegado al final de la historia, a la tesis sin
antítesis.
A
nosotros nos corresponde trazar nuevos diseños
integradores y dialógicos en clave franciscana
Estoy convencido de que las ideologías
estáticas y temerosas del cambio han servido al proyecto dia-bólico de separar y romper olvidando que lo válido hoy es el
proyecto sym-bólico de reunir, de
integrar y de reconciliar las diferencias.
El franciscanismo recupera una serie de principios
y valores que la sociedad en la cual vivimos, no solo ha rechazado sino que ha
negado. La
visión franciscana del mundo reclama una cultura de la inclusión y rechaza todo comportamiento deshumanizante
hoy plasmado en la subcultura de la exclusión.
La visión franciscana del mundo podría
llevarnos a encontrar un modo particular de interpretar la vida tanto al
interior de nosotros mismos como al interior de nuestras instituciones
educativas, de tal forma que si las sociedades generan inteligencias y culturas
racionales, manipuladoras y frías, el
franciscanismo genera nuevas formas de vivir las culturas y las inteligencias,
pues para el
franciscanismo todas las culturas son interlocutoras validas en la medida en que sepamos escucharlas y valorarlas
así no pensemos o coincidamos con sus análisis y proyectos.
Y si las actuales estructuras de la
educación proponen ante todo calidad académica, el franciscanismo debe
propiciar la pedagogía del acercamiento; proponer una pedagogía en movimiento.
Pero: ¿por
qué están ausentes las utopías franciscanas de nuestra vida cotidiana personal,
comunitaria, educativa y familiar?
Necesitamos
indiscutiblemente, construir una nueva cultura del diálogo, de la
participación, de la fiesta, de la felicidad y de la belleza, pues en el
pensamiento franciscano hay muchas sendas ignoradas, algunas muy olvidadas e
incontables desconocidas, razón por lo cual nos corresponde recorrer con
sentido de futuro el sendero del franciscanismo desde sus propias raíces y sus
muy desconocidos orígenes para descubrir su tesoro, pues “las ideas claves en
el franciscanismo nunca están definitivamente poseídas, sino que invitan a
nuevas formulaciones e interpretaciones, pues conocer la estructura vital y
arquitectónica del franciscanismo implica y exige conocer y reconocer los
elementos constitutivos de un sistema que es vida, es acción, es pensamiento y
es interpretación”
Y quisiera preguntarles:
nuestra tarea educativa ¿es aún profética? O más bien la hemos convertido en
museo que no se renueva. Nuestra tarea educativa franciscana ¿tiene identidad
raizal o está en crisis de orientación?
NUESTRA MISIÓN EN CLAVE
FRANCISCANA
No podemos
permanecer en un constante desconocimiento de lo que está sucediendo en el
mundo de los niños y de los jóvenes. El contexto latinoamericano, nos exige ser
capaces de revisar lo vivido, pues estamos ante la imperiosa urgencia de formar
jóvenes que sepan asumir con firmeza pero con serenidad, las culturas
emergentes y las subculturas propuestas por las tecnologías de la comunicación
y de la información.
A nosotros
nos corresponde desde nuestro ser y que hacer franciscano, nos corresponde
digo, rehacer un camino para “evangelizar la inteligencia” más hoy, cuando ésta ha
sido infectada de corrupción; nos corresponde “evangelizar la conciencia”
cuando comprobamos, cómo se compran y se venden las conciencias; nos
corresponde “evangelizar el discernimiento” hoy, cuando éste es manipulado por
los chantajes de las nuevas culturas.
Hemos
de entender y aceptar que para que la escuela franciscana pueda mantener hoy y
mañana su capacidad evangelizadora, dependerá sobre todo de su fidelidad a
Dios, pues como el pueblo de Israel, los maestros franciscanos estamos llamados
a creer que Dios “puede darnos una tierra de leche y miel a pesar de todos los
problemas y peligros que se vislumbran. Y fuertes con esa confianza, debemos
arriesgarnos a explorar la tierra del futuro que nos marcan las nuevas
culturas, con una fe tan profunda y tan fuerte que podamos
penetrar en ella sin ser aplastados por los miedos”
Porque en muchos momentos de nuestra
vida como educadores y educadoras, la evangelización se nos ha convertido más
en una doctrina para enseñar que en una manera de actuar, de vivir y de creer.
Nuestras comunidades educativas,
necesitan otras estructuras de sabiduría pastoral para que les propongamos el
camino de la esperanza, el camino de la conciencia y la proyección y así
sostener, alimentar y fortalecer la fe en tiempos en donde el secularismo, el
relativismo, la increencia y la indiferencia religiosa, han dibujado un nuevo y
desafiante panorama a la Evangelización del pueblo peruano.
Educar desde un nuevo sentido franciscano de:
La presencia, la acogida y el
diálogo:
PRESENCIA
Para
el educador y la educadora franciscanos todo debe ser presencia: presencia
frente al hermano, presencia frente a Dios y frente a las nuevas culturas pues
la mirada que el hermano Francisco nos propone es una mirada dirigida a alguien
definido, a un herma no, a una hermana, no a un individuo. Por esto la
presencia es fundamental en la educación franciscana porque no es solo “estar
frente al otro”, es dirigirse al hermano con amabilidad, con respeto y
cortesía. Para nosotros la presencia engendra un sentimiento,
crea una actitud y se manifiesta en un comportamiento especial.
Frente
a la despersonalización de nuestras sociedades, busquemos educar en clave
franciscana, desde un nuevo sentido de presencia
ACOGIDA
Otro de los
elementos esenciales que quisiera destacar es el valor de la acogida para
educar como sinónimo de afabilidad y la cual tiene como guía, la relación con
el otro sea quien sea, pues para todo educador y educadora franciscanos, todas
las mentalidades, las culturas y las sociedades, son interlocutores válidos que
hay que acoger. En una palabra, no seleccionamos mentalidades, ni culturas, ni
personas sino que las integramos.
El educador
franciscano ayuda a definir caminos pues solo aquello que hagamos desde el
lenguaje del corazón será convincente y conmovedor.
DIÁLOGO
Necesitamos
sembrar nuevas actitudes de convivencia.
En
la búsqueda de una educación franciscana, no puede contar la dialéctica amigo -
enemigo; colaborador – rival, cuanta la relación hermano-hermano, por eso
Francisco de Asís al apaciguar al lobo, no apaciguó únicamente el lobo enemigo
que vivía en los bosques de Gubbio, apaciguó el lobo que duerme en
cada uno de nosotros.
Por
todo esto una
educación en clave franciscana debe ser profundamente existencial y no
conceptual
ENCUENTRO
Todos
los días, quien más, quien menos, vivimos infinidad de encuentros: encuentros
con personas, encuentros con cosas, con acontecimientos, paisajes y lugares;
encuentros con distintas acciones y reacciones, encuentros con maneras de
pensar y de vivir diferentes a las nuestras, con problemas, con alegrías, etc.
Pero el más importante de todos los encuentros diarios no siempre es el de
encontrarse con las personas y curiosamente, como nos lo dice el
franciscanista Fray. Antonio Merino en
su último libro “Francisco de Asís y tú”, solo nos topamos y nos cruzamos unos
con otros, pero no nos encontramos.
Y
vean ustedes, hay encuentros fortuitos, buscados y disimulados; muchos
encuentros evitados, varios rechazados y muy variados encuentros amistosos,
familiares y académicos.
Podríamos decir que Francisco
de Asís es el santo del encuentro propositivo: se encuentra con una sociedad
violenta a la cual le propone la paz sin recriminaciones; se encuentra con la
naturaleza a la cual le propone confraternizar con sus hermanos; se encuentra
con una Iglesia en ruinas a la cual le propone transformarse desde dentro; se
encuentra con el leproso frente al cual abraza lo negativo de la vida.
Y al volver a los orígenes nos
encontramos con el hermano Francisco que nos enseña a creer en la vida, nos
enseña a salir al encuentro de las nuevas generaciones, nos enseñan a salir en
todas las direcciones, para encontrarnos con todos
MIRADA
Todos
sabemos que la mirada juega un papel especialísimo en nuestras relaciones
porque nos descubre y nos encubre, nos acerca y nos separa, nos hace amar y nos
hace odiar.
Pero en nuestros procesos
educativos hay mucha palabra y poca mirada, mucha
retórica alejada de la mirada, pues no miramos la realidad, ni miramos las
nuevas mentalidades, ni miramos las nuevas culturas, ante lo cual, nuestro
lenguaje ha dejado de significar.
ESCUCHA
Para escuchar se requiere renunciar a
los prejuicios pues escuchar supone creer en el otro, escuchar supone tomar en
serio al otro, escuchar supone querer entrar en relación con él.
Francisco
sabe escuchar y atender desde el más humilde de sus hermanos hasta el más culto
de ellos y a todos habla con cortesía y amabilidad pues su método es la cordialidad de
la escucha.
Es colocarse en el sitio del otro, es
procurar entender el mundo del otro, lo cual implica un cambio no solo de
actitud sino una verdadera evolución en la manera de vivir. Necesitamos una
mirada de cercanía a los modos de pensar, de ser y de relacionarse de los demás
en especial con los jóvenes.
Es convencerse que lo
que sale de los poros del otro debe y puede entrar en mis propios poros.
Por
esto los especialistas nos comentan que el franciscanismo es visual, es acústico, es táctil y
casi gustativo porque es una experiencia
que camina hacia el encuentro y una actitud en permanente búsqueda.
Por todo lo anterior vemos
que para el franciscanismo la esperanza
se traduce diariamente en audacia, en creatividad, en riesgo, en osadía para
buscar nuevas maneras de estar en el mundo, pues el futuro no es continuación
del presente, el futuro es consecuencia del presente, es consecuencia de lo que
seamos hoy.
DOCUMENTO
DE LA ORDEN DE HERMANOS MENORES “ID Y ENSEÑAD”
PRESENTACIÓN
La educación en las instituciones
franciscanas, es un medio imprescindible para garantizar, dentro del pluralismo
cultural, la presencia del pensamiento Cristiano.
Dentro de este contexto cultural, las instituciones
educativas franciscanas están invitadas a desarrollar una visión antropológica
que se inspire en el rico patrimonio de la espiritualidad franciscana,
razón por la cual cada centro de educación franciscana debe promover la
formación permanente del personal docente, teniendo como punto de referencia
los valores del evangelio propuestos por el carisma franciscano.
Cada centro de educación
franciscana debe poner a Cristo y su evangelio en el centro de sus vidas para
ser testigos de la verdad y del bien.
Que Jesucristo, el Maestro por antonomasia, nos acompañe
y guíe en nuestro compromiso de educar a la persona en todas sus dimensiones a
partir del legado de Francisco de Asís y de tantos Maestros y Maestras que
dedicaron sus vidas a tan importante modo de evangelizar.
INTRODUCCIÓN
El
mandato de Jesús a sus discípulos de ir y enseñar a todas las gentes,
“bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo”1,
inaugura la misión de la Iglesia de anunciar la Buena Nueva a todos los
hombres.
De
ésta manera el anuncio de la persona de Cristo, de este modo, se transforma en
el elemento constitutivo y principal de toda Evangelización.
La
Orden de los Hermanos Menores, por su parte, casi desde sus orígenes, reconoció
que su vocación esencialmente evangelizadora le exigía ocuparse también de la
tarea educativa. Actividad que se concretó, de una manera muy especial, en las
Universidades y, luego, en las llamadas tierras de misión.
Las Directrices Generales están organizadas en cuatro
capítulos:
1.
Los desafíos actuales de la educación
2.
La visión antropológica y pedagógica franciscana
3.
Los agentes de la educación
4.
Las mediaciones de la educación.
Adjuntos: Orientaciones
pedagógicas y Líneas de acción.
Los desafíos actuales de la educación.
Es una certeza que estamos
viviendo no solamente una época de cambios, sino un cambio de época, marcada
por otros paradigmas o modelos de persona, de familia y de sociedad. Vivir y
anunciar el Evangelio exige una seria revisión de nuestra misión “y la osadía
de ensayar caminos inéditos de presencia y testimonio”
Pero no basta constatar estos
cambios; es necesario preguntarse por los actores del mismo, por sus intereses
y proyectos. Se trata de adelantarse al futuro con otras alternativas.
El primer desafío para la
educación franciscana es: ¿Cómo proponer, con claridad, creatividad y audacia,
a las generaciones actuales, un nuevo paradigma de relación con la naturaleza,
con los hombres, con Dios y consigo mismo?
Igualmente
las familias se configuran de otra manera, la convivencia con las diferentes
culturas se transforma; los grupos emergentes de jóvenes ya no forman un todo
homogéneo y en fin, se acrecientan las posibilidades para el diálogo ecuménico,
interreligioso e intercultural.
También el nuevo culto al
consumismo y la idolatría del mercado producen sus víctimas entre los excluidos
y empobrecidos e incluso en la misma naturaleza (Papa Francisco)
No podemos olvidar el efecto
de la nueva conformación urbana cuestiona, en los sistemas educativos vigentes
tanto en sus contenidos como en sus métodos formativos. No es posible, por lo
mismo, seguir formando a las nuevas generaciones al margen de este fenómeno de
la urbanización que, hoy por hoy, constituye un marco referencial inevitable.
¿Cómo educar en una cultura
“light” que se sustenta en el “valor” de lo inmediato y lo pasajero?
Una educación que enseñe a
leer y a escribir la realidad, a
interpretarla y actuar sobre ella, con un espíritu crítico – constructivo.
Una educación que cuestione
si los centros educativos franciscanos están o no sirviendo a esta sociedad y,
de una manera especial, a los más pobres en sus aspectos culturales, sociales,
familiares, religiosos y económicos. La educación franciscana debe proponer
como alternativa antropológica un modelo de persona que sea abierta a lo trascendente o sea una educación franciscana portadora de dignidad.
1.
La visión antropológica y pedagógica franciscana
El
pensamiento franciscano pone de relieve algunas características antropológicas que
nos ofrecen, especialmente, la teología bíblica y la filosofía sistemática.
Entre ellas, nos indica que el hombre es una criatura relacional, única,
integral e histórica.
2.1 La persona como relación
La educación franciscana
conduce a una auténtica “conversión ecológica” y a una verdadera “justicia
ambiental”, sustentada en los valores de la expropiación, del respeto y de la
distribución solidaria de los bienes naturales.
Se trata de desarrollar la
capacidad de contemplar la creación desde la óptica de los valores cristianos y
franciscanos. Conocer y afrontar los grandes problemas provocados por la
contaminación y por las diversas formas de destrucción de la naturaleza.
Promover una forma de vida que sea más responsable en el uso y en el consumo de
los recursos naturales.
2.2 Relación con los otros
La
relación con los otros se desarrolla en la familia y en las sociedades civiles
en diversos niveles: local, regional y mundial.
La fraternidad es el
lugar propicio y vital de la educación. A su alrededor giran los valores del
encuentro, de la acogida, del diálogo, del respeto a la diversidad, de la
alegría, el optimismo, la paz y el perdón.
La minoridad califica
y orienta las relaciones con los otros. Este valor, estando a la base de todas
las relaciones, nos hace simples y serviciales y nos ayuda acercarnos al otro
con el corazón desarmado y dispuesto a descubrir su misterio inherente.
Educar
en el modo franciscano de afrontar y resolver los conflictos: el diálogo, la
no- violencia activa, la reconciliación y el perdón.
2.3
Relación con Dios, Trino y
uno
La enseñanza religiosa,
impartida en un ambiente de libertad y de respeto a las otras religiones y
denominaciones cristianas, es una respuesta a los grandes interrogantes
existenciales de la persona humana.
Necesitamos
una enseñanza que ayude: a los creyentes, a integrar su opción religiosa en la
cultura y a dar razón de su fe o sea a los que están en búsqueda de un sentido,
a reflexionar y clarificar sus dudas y a los no creyentes, a afrontar con
responsabilidad sus posiciones.
El encuentro personal con
Cristo nos hace discípulos y misioneros. La educación franciscana está llamada,
entonces, a despertar y a formar una conciencia misionera que mueva a salir y
a ir al encuentro del otro para anunciarle, con la vida y la palabra, la Buena
Noticia de la Salvación.
2.4 Relación consigo mismo
Es
la relación del hombre con su interioridad: pensamientos, sentimientos,
sueños, valores y convicciones y con su cuerpo.
La
educación franciscana ofrece las mediaciones adecuadas al educando para que
pueda conocer su mundo interior y aceptarse con serenidad.
En
esta relación consigo mismo, la educación franciscana está llamada a presentar
una visión positiva del cuerpo que subraye la belleza de la vida, pues el
cuerpo humano no es fundamentalmente ni causa de pecado, ni tampoco es un
ídolo.
Cultivar entre el educador
franciscano y el educando un estilo de relación basado en la presencia, la
cercanía, la cortesía y el respeto.
Serán necesarias algunas reformas
significativas no solo en el campo estructural y metodológico, sino también en
la proyección social y en la misión educativa franciscana.
2. Los agentes de la educación
Reconociendo
a la familia como primera institución educadora y, por lo mismo, el deber y
derecho de hacerlo, los Centros de educación tan sólo ayudan y complementan su
acción formativa.
3.1. Las Entidades
Las Instituciones educativas,
atendiendo a los grupos sociales emergentes, están llamadas, por lo tanto, a
reflejar la espiritualidad y la tradición de las entidades franciscanas en todo
el proceso formativo de sus miembros tanto para la Iglesia como para la
sociedad en donde se encuentran.
2.2 El Educando
La Institución educativa
franciscana, por su parte, es responsable de acompañar a los educandos de tal
manera que sean de verdad los sujetos y los protagonistas de su proceso
formativo, asumiendo una función más orientadora y preventiva.
Los docentes religiosos
Los hermanos menores que
trabajan en la educación, por su parte, no lo hacen a título personal, sino en
nombre de la Fraternidad provincial y local.
2.3 Los docentes laicos, el personal administrativo y de
servicios generales
Los docentes laicos, han
cobrado una importancia cada vez más relevante en el ámbito de la educación. Su
presencia y participación activa son imprescindibles para que los centros
educativos puedan llevar a la práctica sus proyectos e iniciativas,
independientemente de que ellos sean o no creyentes compete a los hermanos
menores buscar y promover su colaboración y a cultivar “adecuadamente su
formación” de tal manera que les ayude a conocer y valorar su carisma, su
ministerio y su aporte original a la educación.
Los docentes laicos son ante
todo educadores/ formadores, por consiguiente, su trabajo va más allá de la
simple transmisión de conocimientos
Los ex-alumnos
En cada centro educativo es
conveniente, además, involucrar a los ex alumnos en las tareas pastorales y
sociales.
3. Mediaciones de la educación franciscana
La educación franciscana, con
el fin de articular la fe con la cultura, se vale también de diversas
mediaciones educativas. Entre estas, adquieren un papel de suma importancia el
Proyecto Educativo Institucional, la formación permanente de los educadores y
las estructuras de animación de las Entidades que poseen estos Centros
educativos.
4.1 Proyecto Educativo Institucional
El Proyecto Educativo
Institucional tiene como objetivo principal formular, con la mayor claridad
posible, la identidad, la finalidad y la misión de la Institución educativa en
sus diferentes momentos dinámicos y creativos, es importante que se tengan en
cuenta las siguientes orientaciones:
a) La vida y las directrices de
la Iglesia universal y local en donde está inserto el centro educativo.
b) Los principios teológicos,
filosóficos, espirituales y pedagógicos del carisma franciscano.
c)
El contexto social, cultural, político, económico y
religioso de cada región y nación.
4.2 Formación permanente de los educadores
La formación permanente de
los educadores es uno de los servicios más importantes que pueden ofrecer los
centros educativos franciscanos. Una formación que les ayude a profundizar la
visión cristiana y franciscana del mundo y de la cultura y a adquirir una
pedagogía coherente con los principios evangélicos y franciscanos,
privilegiando la reflexión, la creatividad y la colaboración.
Conviene tener en
cuenta:
a) Construir relaciones
interpersonales entre los miembros de la comunidad educativa basadas en los
valores humanos, cristianos y franciscanos.
b)
Elaborar un plan de formación integral a la luz de la
espiritualidad y de la pedagogía franciscana.
4.3 Estructuras de animación de la pastoral
Es necesario que cada centro
educativo tenga una estructura de animación de la pastoral con sus respectivos responsables.
El
Director o Rector del centro educativo, por su parte, es el primer responsable
de la animación de la Pastoral. Esta tarea evangelizadora la realiza en
corresponsabilidad con todos los miembros de la comunidad educativa.
Se
trata en suma de:
a)
Elaborar un plan de animación
para la pastoral de acuerdo con las características culturales, sociales, y
económicas, a la luz de la espiritualidad franciscana.
b)
Estimular la organización de la pastoral juvenil, familiar y vocacional, en
donde se presente con claridad, audacia y respeto la forma de vida
franciscana.
CONCLUSIÓN
Los
desafíos sociales, políticos, económicos, culturales y religiosos actuales
siguen siendo el contexto propicio en donde tienen que encarnarse los valores
humanos, cristianos y franciscanos a través de un proyecto educativo
institucional.
Proponer
un Plan de desarrollo estratégico y un plan de marketing que sea apoyo y
fundamentación de toda la tarea educativa.
Muchas gracias
Dr. Fray. Héctor Eduardo Lugo
García ofm
Ministro Provincial de la
Provincia Franciscana de la Santa Fe de Colombia
E mail: helgarcia@hotmail.com