martes, 4 de agosto de 2015

XV CONGRESO DE EDUCADORES FRANCISCANOS EN TACNA 2015



DOCUMENTO ID Y ENSEÑAD DE LA ORDEN DE FRAILES MENORES DIRECTRICES GENERALES PARA LA EDUCACIÓN FRANCISCANA

XV CONGRESO NACIONAL DE EDUCADORES FRANCISCANOS DEL PERU “EL MAESTRO FRANCISCANO AMA Y VIVE EL EVANGELIO”
Dejarnos interpelar e iluminar por el Santo Evangelio para remar mar adentro y sin miedo (San Lucas 5,4)

Fray. Héctor Eduardo Lugo García ofm
Ministro Provincial de la Provincia de la Santa Fe de Colombia

Doctor en Teología Sistemática de la Universidad Católica de Paris
Doctor en Historia comparada de las religiones de la Universidad Sorbona de Paris

8.15 – 10.00

SALUDO
Al M.R.P. Ministro Provincial Fray. Neri Menor ofm y a su Ecónomo Provincial Fray. Elvis Pacheco ofm

Al R.P. Director del Colegio San Francisco de Asís de Tacna Fray. Julio Chuquimamani ofm

A todos y cada uno de los Directores de los colegios de la amada Provincia de los XII Apóstoles del Perú

Al R.P. Fermín Peña ofm Coordinador General de los Colegios de la Provincia de los XII Apóstoles

A los Ex ministros Provinciales Fray. Emilio y Fray Guido

A todos los hermanos aquí presentes y a los maestros y maestras de los colegios:

1.     Colegio Santa Clara - Arequipa
2.     Colegio San Francisco de Asís – Cusco
3.     Colegio Peruano Chino Juan XXIII – Lima
4.     Colegio San Francisco de Asís – Huaycán
5.     Colegio San Francisco de Asís – Mollendo
6.     Colegio Hogar San Antonio – Piura
7.     Colegio Santa María de Jesús – Lima
8.     Colegio San Francisco de Asís – Arequipa
9.     Colegio Franciscano San Román – Juliaca
10.  CETPRO San José Obrero – Arequipa
11.  Colegio San Antonio de Jesús María – Lima
12.  Colegio La Recoleta – Arequipa
13.  Colegio Santa Rosa de Viterbo – Arequipa
14. Colegio San Francisco de Asís – Tacna


Antes de iniciar con la presentación del documento de la Orden Franciscana titulado “Id y Enseñad” quisiera que nos colocásemos en el contexto de nuestra misión educativa

PRIMERA PONENCIA: ¿Por qué se propuso la Orden de Hermanos Menores elaborar un Documento?

1.    De la formación de la inteligencia de la razón a la formación de la inteligencia del corazón, desde la pedagogía franciscana

Quisiera que esta ponencia no se nos convirtiera en un libreto repetitivo plagado de datos y citas, pues he procurado elaborar unas pautas que nos induzcan a comprender desde adentro, los senderos olvidados o desconocidos de una educación franciscana al servicio de los niños y jóvenes estudiantes que acuden a nuestras instituciones educativas, al servicio de sus familias y de tantos maestros y maestras de espíritu franciscano.

Voy enfocar esta ponencia desde el corazón de nuestra misión educativa, y no desde la razón de la misma.

Puesto que voy a hacer esta reflexión, desde la clave franciscana, quisiera insistir sobre todo en la educación de la inteligencia del corazón, pues creo que hemos insistido demasiado en la inteligencia de la razón lo que nos ha llevado a enfocar los procesos educativos, más desde la comprensión racional, que desde la experiencia vital.

Creo además que los excesivos enfoques doctrinales dados a la educación nos han demostrado que aunque las ideas y los conceptos sirven para pensar y disertar, no logran la convergencia de los espíritus; no logran el encuentro, la escucha y el diálogo, ni mucho menos la relación profunda entre las personas, para vivir de otra manera, tal como una educación humanista y franciscana nos pide.

Y mi propuesta la presentaré desde este vértice o sea compartir con ustedes la comprensión de la educación y su misión desde la calve franciscana con el fin de promover una nueva ruta en nuestras instituciones educativas y así volver a los orígenes, proponiendo lineamientos básicos para la construcción de una educación humanista y franciscana.

Porque nos encontramos ante la inaceptable ideología de la razón sin corazón, que se ha propuesto negarnos la esperanza y el derecho a creer que un mundo distinto sí es posible, ideología que trata de encerrar a educadores y educandos, en la visión estrecha, de que hemos llegado al final de la historia, a la tesis sin antítesis.

A nosotros  nos corresponde trazar nuevos diseños integradores y dialógicos en clave franciscana

Estoy convencido de que las ideologías estáticas y temerosas del cambio han servido al proyecto dia-bólico de separar y romper olvidando que lo válido hoy es el proyecto sym-bólico de reunir, de integrar y de reconciliar las diferencias.

El franciscanismo recupera una serie de principios y valores que la sociedad en la cual vivimos, no solo ha rechazado sino que ha negado. La visión franciscana del mundo reclama una cultura de la inclusión  y rechaza todo comportamiento deshumanizante hoy plasmado en la subcultura de la exclusión.

La visión franciscana del mundo podría llevarnos a encontrar un modo particular de interpretar la vida tanto al interior de nosotros mismos como al interior de nuestras instituciones educativas, de tal forma que si las sociedades generan inteligencias y culturas racionales, manipuladoras y frías, el franciscanismo genera nuevas formas de vivir las culturas y las inteligencias, pues para el franciscanismo todas las culturas son interlocutoras validas en la medida en que sepamos escucharlas y valorarlas así no pensemos o coincidamos con sus análisis y proyectos.

Y si las actuales estructuras de la educación proponen ante todo calidad académica, el franciscanismo debe propiciar la pedagogía del acercamiento; proponer una pedagogía en movimiento.

Pero: ¿por qué están ausentes las utopías franciscanas de nuestra vida cotidiana personal, comunitaria, educativa y familiar? 

Necesitamos indiscutiblemente, construir una nueva cultura del diálogo, de la participación, de la fiesta, de la felicidad y de la belleza, pues en el pensamiento franciscano hay muchas sendas ignoradas, algunas muy olvidadas e incontables desconocidas, razón por lo cual nos corresponde recorrer con sentido de futuro el sendero del franciscanismo desde sus propias raíces y sus muy desconocidos orígenes para descubrir su tesoro, pues “las ideas claves en el franciscanismo nunca están definitivamente poseídas, sino que invitan a nuevas formulaciones e interpretaciones, pues conocer la estructura vital y arquitectónica del franciscanismo implica y exige conocer y reconocer los elementos constitutivos de un sistema que es vida, es acción, es pensamiento y es interpretación”

Y quisiera preguntarles: nuestra tarea educativa ¿es aún profética? O más bien la hemos convertido en museo que no se renueva. Nuestra tarea educativa franciscana ¿tiene identidad raizal o está en crisis de orientación?


NUESTRA MISIÓN EN CLAVE FRANCISCANA

No podemos permanecer en un constante desconocimiento de lo que está sucediendo en el mundo de los niños y de los jóvenes. El contexto latinoamericano, nos exige ser capaces de revisar lo vivido, pues estamos ante la imperiosa urgencia de formar jóvenes que sepan asumir con firmeza pero con serenidad, las culturas emergentes y las subculturas propuestas por las tecnologías de la comunicación y de la información.

A nosotros nos corresponde desde nuestro ser y que hacer franciscano, nos corresponde digo, rehacer un camino para “evangelizar la inteligencia” más hoy, cuando ésta ha sido infectada de corrupción; nos corresponde “evangelizar la conciencia” cuando comprobamos, cómo se compran y se venden las conciencias; nos corresponde “evangelizar el discernimiento” hoy, cuando éste es manipulado por los chantajes de las nuevas culturas.
Hemos de entender y aceptar que para que la escuela franciscana pueda mantener hoy y mañana su capacidad evangelizadora, dependerá sobre todo de su fidelidad a Dios, pues como el pueblo de Israel, los maestros franciscanos estamos llamados a creer que Dios “puede darnos una tierra de leche y miel a pesar de todos los problemas y peligros que se vislumbran. Y fuertes con esa confianza, debemos arriesgarnos a explorar la tierra del futuro que nos marcan las nuevas culturas, con una fe tan profunda y tan fuerte que podamos penetrar en ella sin ser aplastados por los miedos”

Porque en muchos momentos de nuestra vida como educadores y educadoras, la evangelización se nos ha convertido más en una doctrina para enseñar que en una manera de actuar, de vivir y de creer.

Nuestras comunidades educativas, necesitan otras estructuras de sabiduría pastoral para que les propongamos el camino de la esperanza, el camino de la conciencia y la proyección y así sostener, alimentar y fortalecer la fe en tiempos en donde el secularismo, el relativismo, la increencia y la indiferencia religiosa, han dibujado un nuevo y desafiante panorama a la Evangelización del pueblo peruano.

Educar desde un nuevo sentido franciscano de:
La presencia, la acogida y el diálogo:
PRESENCIA
Para el educador y la educadora franciscanos todo debe ser presencia: presencia frente al hermano, presencia frente a Dios y frente a las nuevas culturas pues la mirada que el hermano Francisco nos propone es una mirada dirigida a alguien definido, a un herma no, a una hermana, no a un individuo. Por esto la presencia es fundamental en la educación franciscana porque no es solo “estar frente al otro”, es dirigirse al hermano con amabilidad, con respeto y cortesía. Para nosotros la presencia engendra un sentimiento, crea una actitud y se manifiesta en un comportamiento especial.
Frente a la despersonalización de nuestras sociedades, busquemos educar en clave franciscana, desde un nuevo sentido de presencia
ACOGIDA

Otro de los elementos esenciales que quisiera destacar es el valor de la acogida para educar como sinónimo de afabilidad y la cual tiene como guía, la relación con el otro sea quien sea, pues para todo educador y educadora franciscanos, todas las mentalidades, las culturas y las sociedades, son interlocutores válidos que hay que acoger. En una palabra, no seleccionamos mentalidades, ni culturas, ni personas sino que las integramos.

El educador franciscano ayuda a definir caminos pues solo aquello que hagamos desde el lenguaje del corazón será convincente y conmovedor.
DIÁLOGO
Necesitamos sembrar nuevas actitudes de convivencia.
En la búsqueda de una educación franciscana, no puede contar la dialéctica amigo - enemigo; colaborador – rival, cuanta la relación hermano-hermano, por eso Francisco de Asís al apaciguar al lobo, no apaciguó únicamente el lobo enemigo que vivía en los bosques de Gubbio, apaciguó el lobo que duerme en cada uno de nosotros.
Por todo esto una educación en clave franciscana debe ser profundamente existencial y no conceptual
ENCUENTRO
Todos los días, quien más, quien menos, vivimos infinidad de encuentros: encuentros con personas, encuentros con cosas, con acontecimientos, paisajes y lugares; encuentros con distintas acciones y reacciones, encuentros con maneras de pensar y de vivir diferentes a las nuestras, con problemas, con alegrías, etc. Pero el más importante de todos los encuentros diarios no siempre es el de encontrarse con las personas y curiosamente, como nos lo dice el franciscanista  Fray. Antonio Merino en su último libro “Francisco de Asís y tú”, solo nos topamos y nos cruzamos unos con otros, pero  no nos encontramos.
Y vean ustedes, hay encuentros fortuitos, buscados y disimulados; muchos encuentros evitados, varios rechazados y muy variados encuentros amistosos, familiares y académicos.
Podríamos decir que Francisco de Asís es el santo del encuentro propositivo: se encuentra con una sociedad violenta a la cual le propone la paz sin recriminaciones; se encuentra con la naturaleza a la cual le propone confraternizar con sus hermanos; se encuentra con una Iglesia en ruinas a la cual le propone transformarse desde dentro; se encuentra con el leproso frente al cual abraza lo negativo de la vida.

Y al volver a los orígenes nos encontramos con el hermano Francisco que nos enseña a creer en la vida, nos enseña a salir al encuentro de las nuevas generaciones, nos enseñan a salir en todas las direcciones, para encontrarnos con todos
MIRADA
Todos sabemos que la mirada juega un papel especialísimo en nuestras relaciones porque nos descubre y nos encubre, nos acerca y nos separa, nos hace amar y nos hace odiar.
Pero en nuestros procesos educativos hay mucha palabra y poca mirada, mucha retórica alejada de la mirada, pues no miramos la realidad, ni miramos las nuevas mentalidades, ni miramos las nuevas culturas, ante lo cual, nuestro lenguaje ha dejado de significar.
ESCUCHA
Para escuchar se requiere renunciar a los prejuicios pues escuchar supone creer en el otro, escuchar supone tomar en serio al otro, escuchar supone querer entrar en relación con él.
Francisco sabe escuchar y atender desde el más humilde de sus hermanos hasta el más culto de ellos y a todos habla con cortesía y amabilidad pues su método es la cordialidad de la escucha.

Es colocarse en el sitio del otro, es procurar entender el mundo del otro, lo cual implica un cambio no solo de actitud sino una verdadera evolución en la manera de vivir. Necesitamos una mirada de cercanía a los modos de pensar, de ser y de relacionarse de los demás en especial con los jóvenes.


Es convencerse que lo que sale de los poros del otro debe y puede entrar en mis propios poros.
Por esto los especialistas nos comentan que el franciscanismo es visual, es acústico, es táctil y casi gustativo porque es una experiencia que camina hacia el encuentro y una actitud en permanente búsqueda.
Por todo lo anterior vemos que  para el franciscanismo la esperanza se traduce diariamente en audacia, en creatividad, en riesgo, en osadía para buscar nuevas maneras de estar en el mundo, pues el futuro no es continuación del presente, el futuro es consecuencia del presente, es consecuencia de lo que seamos hoy.


DOCUMENTO DE LA ORDEN DE HERMANOS MENORES “ID Y ENSEÑAD”

PRESENTACIÓN

La educación en las instituciones franciscanas, es un medio imprescindible para garantizar, dentro del pluralismo cultural, la presencia del pensamiento Cristiano.

Dentro de este contexto cultural, las instituciones educativas fran­ciscanas están invitadas a desarrollar una visión antropológica que se inspire en el rico patrimonio de la espiri­tualidad franciscana, razón por la cual cada centro de educación franciscana debe promover la formación permanente del personal docente, teniendo como punto de referencia los valores del evange­lio propuestos por el carisma franciscano.

Cada centro de educación franciscana debe poner a Cristo y su evangelio en el centro de sus vi­das para ser testigos de la verdad y del bien.

Que Je­sucristo, el Maestro por antonomasia, nos acompañe y guíe en nuestro compromiso de educar a la persona en todas sus dimensiones a partir del legado de Francisco de Asís y de tantos Maestros y Maestras que dedicaron sus vidas a tan importante modo de evangelizar.



INTRODUCCIÓN

El mandato de Jesús a sus discípulos de ir y enseñar a todas las gentes, “bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo”1, inaugura la misión de la Iglesia de anunciar la Buena Nueva a todos los hombres.

De ésta manera el anuncio de la persona de Cristo, de este modo, se transforma en el elemento consti­tutivo y principal de toda Evangelización.

La Orden de los Hermanos Menores, por su parte, casi desde sus orígenes, reconoció que su vocación esencialmente evangelizadora le exigía ocuparse también de la tarea educativa. Actividad que se con­cretó, de una manera muy especial, en las Universidades y, luego, en las llamadas tierras de misión.

 Las Directrices Generales están organizadas en cuatro capí­tulos:
1.    Los desafíos actuales de la educación
2.    La visión antropoló­gica y pedagógica franciscana 
3.    Los agentes de la educación 
4.    Las mediaciones de la educación.
Adjuntos: Orientaciones pedagógicas y Líneas de acción.

  Los desafíos actuales de la educación.

Es una certeza que estamos viviendo no solamente una época de cambios, sino un cambio de época, marcada por otros paradigmas o modelos de persona, de familia y de sociedad. Vivir y anunciar el Evangelio exige una seria revisión de nuestra misión “y la osadía de ensayar caminos inéditos de presencia y testimonio”

Pero no basta constatar estos cambios; es necesario pre­guntarse por los actores del mismo, por sus intereses y proyectos. Se trata de adelantarse al futuro con otras alternativas.

El primer desafío para la educación franciscana es: ¿Cómo proponer, con claridad, creatividad y audacia, a las generacio­nes actuales, un nuevo paradigma de relación con la naturaleza, con los hombres, con Dios y consigo mismo?

Igualmente las familias se configuran de otra manera, la convivencia con las diferentes culturas se transforma; los grupos emergentes de jóvenes ya no forman un todo homogéneo y en fin, se acrecientan las posibilidades para el diálogo ecuméni­co, interreligioso e intercultural.

También el nuevo culto al consumismo y la idolatría del mercado producen sus víctimas entre los excluidos y em­pobrecidos e incluso en la misma naturaleza (Papa Francisco)

No podemos olvidar el efecto de la nueva conformación urbana cuestiona, en los siste­mas educativos vigentes tanto en sus contenidos como en sus métodos formativos. No es posible, por lo mismo, seguir formando a las nuevas generaciones al margen de este fenómeno de la urbanización que, hoy por hoy, constituye un marco referencial inevitable.

¿Cómo educar en una cultura “light” que se sustenta en el “valor” de lo inmediato y lo pasajero?
Una educación que enseñe a leer y a escribir la realidad, a interpretarla y actuar sobre ella, con un espíritu crítico – constructivo.

Una educación que cuestione si los centros educativos franciscanos están o no sirviendo a esta sociedad y, de una manera especial, a los más pobres en sus aspectos culturales, sociales, familiares, religiosos y económicos. La educación franciscana debe proponer como alternativa antropológica un modelo de persona que sea abierta a lo trascendente o sea una  educación franciscana portadora de dignidad.

1.    La visión antropológica y pedagógica franciscana

El pensamiento franciscano pone de relieve algunas características antropológicas que nos ofrecen, especialmente, la teología bíblica y la filosofía sistemática. Entre ellas, nos indica que el hombre es una cria­tura relacional, única, integral e histórica.

2.1 La persona como relación

La educación franciscana conduce a una auténtica “conversión eco­lógica” y a una verdadera “justicia ambiental”, sustentada en los valo­res de la expropiación, del respeto y de la distribución solidaria de los bienes naturales.

Se trata de desarrollar la capacidad de contemplar la creación desde la óptica de los valores cristianos y franciscanos. Conocer y afrontar los grandes problemas provocados por la contaminación y por las diversas formas de destrucción de la naturaleza. Promover una forma de vida que sea más responsable en el uso y en el consumo de los recursos naturales.

2.2 Relación con los otros

La relación con los otros se desarrolla en la familia y en las socie­dades civiles en diversos niveles: local, regional y mundial.

La fraternidad es el lugar propicio y vital de la educación. A su alrededor giran los valores del encuentro, de la acogida, del diálogo, del respeto a la diversidad, de la alegría, el optimismo, la paz y el perdón.

La minoridad califica y orienta las relaciones con los otros. Este va­lor, estando a la base de todas las relaciones, nos hace simples y serviciales y nos ayuda acercarnos al otro con el corazón desarmado y dispuesto a descubrir su misterio inherente.

 Educar en el modo franciscano de afrontar y resolver los con­flictos: el diálogo, la no- violencia activa, la reconciliación y el perdón.



 2.3 Relación con Dios, Trino y uno

La enseñanza religiosa, impartida en un ambiente de libertad y de respeto a las otras religiones y denominaciones cristianas, es una res­puesta a los grandes interrogantes existenciales de la persona humana.

Necesitamos una enseñanza que ayude: a los creyentes, a integrar su opción religio­sa en la cultura y a dar razón de su fe o sea a los que están en búsqueda de un sentido, a reflexionar y clarificar sus dudas y a los no creyentes, a afrontar con responsabilidad sus posiciones.

El encuentro personal con Cristo nos hace discípulos y misioneros. La educación franciscana está llamada, entonces, a despertar y a for­mar una conciencia misionera que mueva a salir y a ir al encuentro del otro para anunciarle, con la vida y la palabra, la Buena Noticia de la Salvación.

2.4 Relación consigo mismo

Es la relación del hombre con su interioridad: pensamientos, senti­mientos, sueños, valores y convicciones y con su cuerpo.

La educación franciscana ofrece las mediaciones adecuadas al edu­cando para que pueda conocer su mundo interior y aceptarse con se­renidad.

En esta relación consigo mismo, la educación franciscana está lla­mada a presentar una visión positiva del cuerpo que subraye la belleza de la vida, pues el cuerpo humano no es fundamentalmente ni causa de pecado, ni tampoco es un ídolo.

Cultivar entre el educador franciscano y el educando un estilo de relación basado en la presencia, la cercanía, la cor­tesía y el respeto.

Serán necesarias algunas reformas significativas no solo en el campo estructural y metodológico, sino también en la proyección social y en la misión educativa franciscana.

2.    Los agentes de la educación

Reconociendo a la familia como primera institución educadora y, por lo mismo, el deber y derecho de hacerlo, los Centros de educa­ción tan sólo ayudan y complementan su acción formativa.

3.1. Las Entidades

Las Instituciones educativas, atendiendo a los grupos sociales emer­gentes, están llamadas, por lo tanto, a reflejar la espiritualidad y la tradición de las entidades franciscanas en todo el proceso formativo de sus miembros tanto para la Iglesia como para la sociedad en donde se encuentran.

2.2 El Educando

La Institución educativa franciscana, por su parte, es responsable de acompañar a los educandos de tal manera que sean de verdad los sujetos y los protagonistas de su proceso formativo, asumiendo una función más orientadora y preventiva.

 Los docentes religiosos

Los hermanos menores que trabajan en la educación, por su par­te, no lo hacen a título personal, sino en nombre de la Fraternidad provincial y local.

2.3 Los docentes laicos, el personal administrativo y de servicios generales

Los docentes laicos, han cobrado una importancia cada vez más relevante en el ámbito de la educación. Su presencia y participación activa son imprescindibles para que los centros educativos puedan llevar a la práctica sus proyectos e inicia­tivas, independientemente de que ellos sean o no creyentes compete a los hermanos menores buscar y promover su colabo­ración y a cultivar “adecuadamente su formación” de tal manera que les ayude a conocer y valorar su carisma, su ministerio y su aporte original a la educación.

Los docentes laicos son ante todo educadores/ formadores, por con­siguiente, su trabajo va más allá de la simple transmisión de conoci­mientos

Los  ex-alumnos

En cada centro educativo es conveniente, además, involucrar a los ex alumnos en las tareas pastorales y sociales.

3.    Mediaciones de la educación franciscana

La educación franciscana, con el fin de articular la fe con la cultura, se vale también de diversas mediaciones educativas. Entre estas, ad­quieren un papel de suma importancia el Proyecto Educativo Institu­cional, la formación permanente de los educadores y las estructuras de animación de las Entidades que poseen estos Centros educativos.

4.1  Proyecto Educativo Institucional

El Proyecto Educativo Institucional tiene como objetivo principal formular, con la mayor claridad posible, la identidad, la finalidad y la misión de la Institución educativa en sus diferentes momentos dinámi­cos y creativos, es importan­te que se tengan en cuenta las siguientes orientaciones:

a)    La vida y las directrices de la Iglesia universal y local en don­de está inserto el centro educativo.

b)   Los principios teológicos, filosóficos, espirituales y pedagógi­cos del carisma franciscano.

c)    El contexto social, cultural, político, económico y religioso de cada región y nación.

4.2  Formación permanente de los educadores

La formación permanente de los educadores es uno de los servicios más importantes que pueden ofrecer los centros educativos franciscanos. Una for­mación que les ayude a profundizar la visión cristiana y franciscana del mundo y de la cultura y a adquirir una pedagogía coherente con los principios evangélicos y franciscanos, privilegiando la reflexión, la creatividad y la colaboración.

Conviene tener en cuenta:

a)    Construir relaciones interpersonales entre los miembros de la comunidad educativa basadas en los valores humanos, cri­stianos y franciscanos.

b)    Elaborar un plan de formación integral a la luz de la espiritualidad y de la pedagogía franciscana.

4.3  Estructuras de animación de la pastoral

Es nece­sario que cada centro educativo tenga una estructura de animación de la pastoral con sus respectivos responsables.

El Director o Rector del centro educativo, por su parte, es el primer respon­sable de la animación de la Pastoral. Esta tarea evangelizadora la rea­liza en corresponsabilidad con todos los miembros de la comunidad educativa.

Se trata en suma de:

a)    Elaborar un plan de animación para la pastoral de acuerdo con las características culturales, sociales, y económicas, a la luz de la espiritualidad franciscana.

b) Estimular la organización de la pastoral juvenil, familiar y vocacional, en donde se presente con claridad, audacia y re­speto la forma de vida franciscana.
CONCLUSIÓN

Los desafíos sociales, políticos, económicos, culturales y religiosos actuales siguen siendo el contexto propicio en donde tienen que en­carnarse los valores humanos, cristianos y franciscanos a través de un proyecto educativo institucional.

Proponer un Plan de desarrollo estratégico y un plan de marketing que sea apoyo y fundamentación de toda la tarea educativa.

Muchas gracias

Dr. Fray. Héctor Eduardo Lugo García ofm

Ministro Provincial de la Provincia Franciscana de la Santa Fe de Colombia

E mail: helgarcia@hotmail.com